domingo, 28 de diciembre de 2014

Ayer estuve observando a los animales..

















—Ayer estuve observando a los animales y me puse a pensar en ti. Las hembras son más tersas, más suaves y más dañinas. Antes de entregarse maltratan al macho, o huyen, se defienden. ¿Por qué? Te he visto a ti también, como las palomas, enardeciéndote cuando yo estoy tranquilo. ¿Es que tu sangre y la mía se encienden a diferentes horas?

Ahora que estás dormida debías responderme. Tu respiración es tranquila y tienes el rostro desatado y los labios abiertos. Podrías decirlo todo sin aflicción, sin risas.

¿Es que somos distintos? ¿No te hicieron , pues, de mi costado, no me dueles?

Cuando estoy en ti, cuando me hago pequeño y me abrazas y me envuelves y te cierras como la flor con el insecto, sé algo, sabemos algo. La hembra es siempre más grande, de algún modo.

Nosotros nos salvamos de la muerte. ¿Por qué? Todas las noches nos salvamos. Quedamos juntos, en nuestros brazos, y yo empiezo a crecer como el día.

Algo he de andar buscando en ti, algo mío que tú eres y que no has de darme nunca.

¿Por qué nos separaron? Me haces falta para andar, para ver, como un tercer ojo, como otro pie que sólo yo sé que tuve.



De: Adán y Eva (IV)








Fotografía digital de P.M. 

sábado, 27 de diciembre de 2014

martes, 23 de diciembre de 2014

El extranjero










-¿A quién quieres más, hombre enigmático, dime, a tu padre, a tu madre, 
a tu hermana o a tu hermano? 
-Ni padre, ni madre, ni hermana, ni hermano tengo. 
-¿A tus amigos? 
-Empleáis una palabra cuyo sentido, hasta hoy, no he llegado a conocer. 
-¿A tu patria? 
-Ignoro en qué latitud está situada. 
-¿A la belleza? 
-Bien la querría, ya que es diosa e inmortal. 
-¿Al oro? 
-Lo aborrezco lo mismo que aborrecéis vosotros a Dios. 
-Pues ¿a quién quieres, extraordinario extranjero? 
-Quiero a las nubes..., a las nubes que pasan... por allá.... ¡a las nubes 
maravillosas!
 



Charles Baudelaire 

domingo, 21 de diciembre de 2014

Fluir












voy entre galerías de sonidos,
fluyo entre las presencias resonantes,
voy por las transparencias como un ciego,
un reflejo me borra, nazco en otro,
oh bosque de pilares encantados,
bajo los arcos de la luz penetro
los corredores de un otoño diáfano


frag. de Piedra de Sol 
de Octavio Paz 

lunes, 8 de diciembre de 2014

jueves, 4 de diciembre de 2014

Naturaleza










La vida y su suplicio es absorbida en la insensibilidad de la Naturaleza, en su silencio perpetuo, en su fuerza fatal y ciega. Y la materia va por los aires, por las planicies, se sutiliza en las sombras, se vivifica en los rayos claros; es roca, selva, torrente, fluido, vapor, ruido, movimiento, estremecimiento confuso del cuerpo de Cibeles; y la materia siente la vida universal, la palpitación del átomo debajo de la forma, se siente bañada por las claridades suaves y por el olor de los henos, siéntese impelida hacia la luz magnética de los astros y dilacerada en los ásperos movimientos de la tierra. La materia tiene la augusta conciencia de su vitalidad. Y así, bajo su impasibilidad, hay una angustia inmensa, una vida ardiente, impetuosa, un alma terrible, ¡oh, formidable Naturaleza!…


Eca de Queiroz 



Foto: P.M.